Acusan al Chapo de sobornar con 10 mdd a excomandante de Salinas

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Durante el juicio de Guzmán Loera, van al menos tres exmandatarios, un presidente y un futuro jefe del ejecutivo salpicados por el Cártel de Sinaloa.

Un expiloto del Chapo Guzmán que traficaba droga colombiana a México, que fue luego su “gerente” en Ciudad de México y desde hace años integra el programa de protección de testigos de Estados Unidos aseguró el lunes que durante años el acusado fue el máximo jefe del cártel de Sinaloa.

Expiloto y compadre del Chapo, otro testigo en la corte:

El Chapo le pidió ser padrino de uno de sus hijos, y así fue.

Pero el mexicano Miguel Ángel “el Gordo” Martínez, que reside en Estados Unidos hace años bajo una identidad secreta, decidió cooperar con el gobierno en el juicio contra su exjefe, de 61 años, acusado de traficar más de 155 toneladas de cocaína y otras drogas a Estados Unidos a lo largo de 25 años.

Durante tres horas y media, Martínez, involucrado directamente en el envío de “muchas toneladas” de cocaína a Estados Unidos, derrochó detalles sobre cómo trabajó Joaquín “Chapo” Guzmán entre 1986 y 1998, fecha en que el testigo fue arrestado en México.

Testigo sin rostro:

Sesentón, calvo y con mostacho, el Gordo llevaba gafas y vistió traje azul y corbata. A pedido del fiscal Adam Fels identificó al Chapo en la sala de la corte federal de Brooklyn, que lo escuchó serio y atento.

El juez ordenó a los dibujantes de la corte no bosquejar los rasgos faciales ni el peinado del Gordo, también conocido como “Tololoche” y “Compadre”, para que no pueda ser identificado y eventualmente amenazado o asesinado por aliados del Chapo.

Cuando estuvo encarcelado en México, Martínez fue víctima de tres violentos ataques a puñaladas y con granadas que casi lo matan, en su opinión ordenados por el Chapo.

Salpican a Salinas de Gortari:

Al igual que Jesús “Rey” Zambada, otro testigo cooperante del gobierno que prestó testimonio la semana pasada, Martínez habló de los millonarios sobornos del Chapo a la policía mexicana.

Aseguró que el Chapo envió “dos o tres veces cerca de 10 millones de dólares cada vez” a Guillermo González Calderoni, excomandante de la policía judicial de la Procuraduría General de la República bajo el gobierno de Carlos Salinas de Gortari (1988-1994), asesinado en 2003 en Texas.

A cambio de los sobornos, contó, el Chapo recibía información de Calderoni “todos los días” para hallar a rivales, ampliar el negocio y evadir a las autoridades.

Mis viajes con el Chapo:

También contó que hizo varios viajes con el Chapo: a Estados Unidos -en uno compraron dos aviones por 3 millones de dólares- y luego fueron a Las Vegas (“el señor Guzmán quería apostar”); y en otros fueron a Colombia a negociar envíos de droga por avión y por barco.

Relató cómo barcos atuneros y mercantes de Colombia cargados a reventar de cocaína (“hasta 13 o 14 toneladas”) se encontraban en aguas internacionales con barcos atuneros y tiburoneros mexicanos a los que transferían la droga, el 100% de la cual terminaba en Estados Unidos.

Entre 1990 y 1993, dijo, importaron por barco entre 25 y 30 toneladas de cocaína colombiana por año.

El 55% de los ingresos generados por la venta de la droga era para los colombianos, el 45% para el Chapo, afirmó.